Por Yago,
Chord Electronics tiene mucho que decir en el panorama actual del mundo del sonido, sobre todo el relacionado con los auriculares de alta gama. Con productos que pueden ser solución definitiva para ellos, y todo metido en una sola caja.
A pesar del éxito arrollador del Mojo, última creación portátil de la compañía británica, el Chord Hugo sigue siendo el mayor exponente de gama, con un rendimiento superior, sobre todo como DAC. Soy consciente de que lleva ya algún tiempo en el mercado, pero es de esos aparatos tan innovadores en su día que siguen de total actualidad, y en gran parte como referencia dentro de su sector en el mercado. El precio para el mercado español es de unos 1700€.
Las funciones
Al igual que el Mojo, el Chord Hugo es un todo en uno. Es DAC, es amplificador de auriculares, tiene función de previo, y además de ello ofrece tal cantidad de entradas digitales que veo tarea complicada el que alguien eche en falta una. Lo tiene todo.
Hasta los usuarios de Iphone están de enhorabuena ya que mediante el «camera kit» tiene perfecta compatibilidad. Por si no fuera poco incluye A2DP aptX Bluetooth, para los que están a favor de un mundo con menos cables. Yo sigo estando en el bando más tradicional en este aspecto.
El Hugo nace por demanda, en un mundo en el que los reproductores portátiles de altas prestaciones cobran más y más fuerza. Astell & Kern y sus salidas ópticas se convierten en aliados perfectos en su comienzo. Usuarios de modelos de Audeze, Sennheiser o Beyerdynamic Tesla ,por poner ejemplos, echan en falta ese plus de potencia que sus DAP no son capaces de aportar. Aquí el Hugo, un DAC/Ampli a baterías con dos Xilinx Spartan FPGA (no hay chip DAC, es todo programación propia de Chord Electronics para el tratamiento y decodificación de la señal digital) entra en escena con 3 salidas de auriculares, una de ella de 6,3mm para evitar los adaptadores cuando estamos en movimiento, que pueden llegar a ser un engorro.
Todo ello bajo un cuerpo realizado en aluminio mecanizado de grado aeronáutico, con unas medidas de 100mm x 20mm x 132mm, de 9 a 10 h de duración de batería y un peso de 400 g, bastante contenido; más apropiado para llevar en un bolsillo de nuestro maletín o mochila que en un bolsillo de un pantalón, eso sí.
El «unboxing» ya es una costumbre habitual, por si alguien siente curiosidad aquí lo tenéis de nuevo, para vivir la experiencia desde cero, tal y como sería cuando lo abrierais por primera vez:
Luces y acción
Una de las características por las que el Hugo se ha hecho tan popular entre la audiencia audiófila es su peculiar juego de luces. Todas las funciones quedan reflejadas de alguna manera mediante LED, con variaciones de colores de lo más variopintas. Esto ya estaba presente en las conocidas bolitas del Mojo, pero en este caso el Hugo va incluso un paso más allá. Hay un LED encargado para reflejar el tipo de archivo que se está reproduciendo, bien sea DSD o FLAC en sus variantes de tasas de muestreo, así como los respectivos de entradas/crossfeed/indicador de batería y como no para la rueda del volumen.
Tal y como ocurría con el Mojo la escala de colores no sigue un orden lógico y requiere de un tiempo de uso para habituarse a su manejo e intuir sobre qué nivel de volumen estamos por ejemplo.
Presionando simultáneamente el botón del «crossfeed» durante el encendido se activará la salida en línea a unos 3V, que queda reflejada en el control del volumen mediante un color azulado. Esto nos permitirá conectar el Hugo a un amplificador estacionario, o includo a un integrado para incluirlo así en un equipo de altavoces. No obstante esto no deja al volumen exento de ser modificado ante cualquier interacción. Esta es una de las ventajas del Hugo sobre el Mojo. Contando con salidas RCA y un sonido que como DAC resulta más refinado y con mayor escena, el salto cualitativo en este tipo de situaciones queda patente con respecto al Mojo.
Con una alimentación a baterías muy cuidada y la programación mediante FPGA propia de Chord, el Hugo puede enfrentarse sin complejos a DAC estacionarios de incluso un mayor PVP, con todas las ventajas de su tamaño y peso. Algo que habla muy bien del saber y la experiencia en este sector por parte de la compañía inglesa, que ya desde 1989 lleva en este mercado como una de las pioneras.
Sonido
Resulta un poco más complicado de lo que parece evaluar un producto tan completo, simplemente porque no rinde de la misma manera dependiendo de la entrada digital escogida. No son grandes diferencias, pero las hay.
Por comodidad y también por contar con cables USB de bastante nivel como el Curious link específico para el Hugo, fue esta entrada la que más veces utilicé durante mis pruebas. A falta de una hay dos entradas USB, una limitada a archivos con resolución de CD, para garantizar las máximas compatibilidades con dispositivos como tablet/smartphone sin necesidad de drivers, y la última con soporte de hasta DSD256 para poner toda la carne en el asador.
Tomar referencias para un producto innovador en su sector añade alguna dificultad, es un DAC/Ampli portátil o llamémoslo «transportable» mejor, pero que está en ligas de precios estacionarias. Así que tomando la vía más justa, decidí valorarlo en dos entornos distintos, tanto «en marcha» como en un entorno de escritorio, más enfocado a lo estacionario.
Estoy seguro de que las ventas del Hugo sobrepasaron incluso los pronósticos más positivos de Chord. Desde entonces he visto todo tipo de usuarios con él, desde los amantes del mundo CIEM/IEM hasta los fanáticos de los grandes orejeros. Por suerte en mi banco de pruebas tengo un poco de todo, desde unos Noble K10U hasta unos Sennheiser HD800S, pasando por unos Joseph Grado HP1000.
Hay DAC que se necesitan de un cierto tiempo de escucha para apreciar sus cualidades, con perfiles más cálidos. Por contra el Chord Hugo tiene un sonido transparente, claro y sobre todo muy expresivo, con una tendencia a hacer hincapié en la dinámica. Es el típico sonido perfecto para impresionar al invitado en una escucha rápida, bien sea a través de sus auriculares o del equipo de cajas. El nivel de detalle y rapidez están a un alto nivel, tanto que hay en muchos momentos que cuesta creer que el sonido provenga de algo tan compacto, y sobre todo alimentado a baterías. Creo que no desentona en absoluto en un ambiente de sala preparada, luz baja, dos buenas columnas, etapa y una copa de vino. El Hugo simplificará la necesidad de cableado, nos vamos a ahorrar como poco el de red, y a mayores si el usuario lo decide puede usarlo como previo.
Con notas de piano muy marcadas y un buen impacto frontal el Hugo consigue una mayor coherencia de escena, con mayor profundidad que el Mojo y un sonido un punto más relajado, sin llegar a ser un perfil que podamos denominar como analógico. Por referirme de alguna manera a ambos sonidos, el Mojo presenta la música en un plano más frontal, 2D, mientras que el Hugo aporta un punto de mayor tridimensionalidad, sin llegar a las cotas de algunos de los DAC estacionarios que he podido analizar últimamente. Impresiona en cuanto a dinámica y se adapta muy bien a todo tipo de géneros, si bien es en las piezas más delicadas donde quizás eche en falta un punto más cálido en cuanto a la tonalidad de las voces, pero esto ya es cuestión de cada uno, pudiéndose equilibrar sin mayor dificultad con el resto del sistema.
Con este perfil de altos contrastes el Hugo entrega sus mejores cualidades más fácilmente cuanta más calidad tenga la grabación, en este sentido tiene el punto crítico y exigente con la masterización que todo DAC con este nivel resolutivo debe tener. Algo que invita a buscar las mejores versiones de nuestros álbumes favoritos, desechando aquellas con pobres rangos dinámicos, ya que el Hugo lo reflejará más que ningún DAC portátil que haya probado hasta ahora.
La sección de amplificación para auriculares clava los datos de potencia de potencia y distorsión que el Mojo, por lo que esencialmente es la misma. Si bien a efectos prácticos el plus de escena que aporta la sección de DAC del Hugo queda patente también en la salida de auriculares, sobre todo cuando movemos orejeros abiertos.
Que tenga un jack de 6,3mm no es casualidad, por comodidad hay cada vez una mayor demanda de equipos portátiles, no alimentados por la red eléctrica, que sean capaces de mover con cierta soltura y satisfacción auriculares grandes, léase planar o dinámicos de alta impedancia. Y sin el uso de un adaptador a jack de 3,5mm las cosas se vuelven más fáciles.
A pesar de ello, los 600mW a 32 Ohm que entrega el Hugo son más apropiados para auriculares de media impedancia y una sensibilidad tirando a alta. El Mojo con una vertiente más portátil y un control de volumen con un mayor número de pasos está claramente más orientado el mundo del IEM.
Poco espacio hace falta para disfrutar de un equipo de auriculares de muy alto nivel, el combo Chord Hugo + Curious link + Denon AH-D7000 aporta todo lo que un audiófilo quiere, tanto que con este tipo de auriculares con alta eficiencia no veo necesidad alguna de optar por un equipo estacionario, esta sinergia es difícilmente superable.
Con los Joseph Grado HP1000, auriculares muy poco comunes (solo 1000uds en todo el mundo) pero de referencia dentro de toda la gama de Grado, el resultado también es espectacular, quizás uno de los mejores combos que todo Gradista pueda soñar. El perfil sorprendentemente poco coloreado en el medio-grave de los HP1000 encaja muy bien con el sonido rápido y explosivo del Hugo, aportándole un plus de dinámica que estos auriculares agradecen sobre todo con rock y otros estilos más movidos. El detalle y decay se dejan notar en prácticamente cada nota. Con este conjunto podríamos decir que el Grado pone la emoción y el Hugo la precisión.
Jugando ya con impedancias mayores como los HD800S, el Hugo logra hacer un más que decente papel, si bien el resultado no es tan bueno como con los auriculares anteriormente mencionados. Para disfrutar plenamente unos auriculares de 300 Ohm como estos Sennheiser sigo pensando que un ampli estacionario de nivel es un «must have».
Mis CIEM/IEM de alta sensibilidad muestran un bajo nivel de ruido de fondo, y a pesar de no tener un control tan exacto del volumen como con las «bolitas» del Mojo, el Hugo se muestra perfectamente válido y disfrutable, incluso para aquello usuarios que disfrutan de escuchas a volúmenes medio-bajos. Por lo que recomendaría sin ningún problema este Chord para los amantes de los IEM, si bien el Mojo sigue siendo la opción más lógica en estos menesteres, y si solo lo pensamos utilizar como DAC/Ampli en movimiento.
Teniendo en cuenta todo el resto, el Hugo es un producto cargado de funciones interesantes, suficientes como para animar a su compra por encima del Mojo a un futuro comprado que esté en la búsqueda de la mayor versatilidad posible, e incluso no descarte hacerlo partícipe de su equipo de altavoces. Entorno en el que, como mencionaba unas líneas atrás, el Hugo es capaz de rendir a un nivel excelente y sorprendente para un producto de con este concepto.
Conclusiones
Normalmente se habla del mundo del audio portátil y estacionario por separado, como dos situaciones bien diferenciadas. El Chord Hugo pone de manifiesto que es posible unir ambos entornos gracias a un producto tan completo como este. Con un DAC capaz de enfrentarse sin complejos a rivales que lo superan en precio, y una amplificación con muy buen rendimiento para la gran mayoría de auriculares del mercado, sigue siendo aun a día de hoy un combo de DAC/Ampli de auténtica referencia. Totalmente recomendable.
Gracias a todos y hasta la próxima review, más pronto que tarde,
Yago.